...la gestación subrogada?

     Ante la situación bélica que está viviendo Ucrania y que muchos de mis compañeros han comentado en sus blogs (les animo a que los visiten haciendo clic en los links que aparecen a la izquierda), he decidido hablar sobre un sector que se ha visto obstaculizado a raíz de las nuevas dificultades que se le han ido presentado a lo largo de estas últimas semanas. Estoy hablando del negocio de la gestación subrogada, el cual llamó inicialmente mi atención a través de un reportaje reciente elaborado por el periodista Andrew E. Kramer.

    En primer lugar, me gustaría matizar el hecho de que la gestación subrogada atenta directamente contra la dignidad del ser humano, pues se trata de un proceso de compra-venta en el que el cuerpo de la mujer se explota como objeto de comercio y se mercantiliza con el bebé que gesta. A la gestante se le paga para que tenga un hijo al que se le pone precio, estando sujeto a un contrato que le da un sentido de compra-venta definitivo.

    Por otro lado, como todos sabemos, no se le puede poner valor al cuerpo humano y, desde el momento en que lo introducimos en el comercio jurídico, le estamos asignando uno y permitiendo que se comercie sobre él. Entonces, lo estaríamos equiparando a cualquier otro objeto cotidiano: una mesa, una botella, un ipad.

    Además, estos contratos de los que hablaba crean esclavas por 9 meses, ya que establece numerosas condiciones a las que las gestantes se ven obligadas a estar sometidas. Existe, por tanto, una dominación total y absoluta sobre ellas.

    El único argumento que esgrimen los partidarios de la legalización de esta práctica es la libertad individual. Sin embargo, debemos atender al detalle de que la libertad termina donde comienza la libertad de otros, en este caso, la de las mujeres. Y es que ellas no están decidiendo en libertad sobre sus propios cuerpos, pues están firmando un contrato por medio del cual aceptan ofrecer un servicio remunerado económicamente del que no conocen las consecuencias; ni sobre ellas mismas ni sobre los bebés gestados. Con esto también se privan de su libertad para decidir qué hacer con su hijo una vez nazca.

    En segundo lugar, al acceder a la subrogación se renuncia anticipadamente a la Patria Potestad, lo cual resulta completamente ilógico: no tiene sentido la renuncia de un derecho que todavía no se ha adquirido. Al igual que no tendría sentido, por ejemplo, comprometerse a votar a un partido específico unos meses antes de las elecciones. ¿Qué ocurre si cambio de opinión respecto al partido elegido? ¿Qué pasaría si este comenzara a promover o defender ideas con las que no simpatizo? Los factores que, en un principio, condicionaron mi decisión se verían alterados y, consecuentemente, no serían aquellos con los que yo estuve de acuerdo primeramente. 

    En suma, la gestación subrogada atenta contra la dignidad de la mujer y limita su libertad, así como no sigue la lógica por conllevar la renuncia anticipada de un derecho inalienable.


Comentarios

  1. La verdad es que nunca me he planteado este asunto, ya que en España no está permitido. Pero, efectivamente, con la invasión rusa sobre Ucrania, muchos nos hemos enterado de que esta posibilidad sí existía en dicho país. Puedo entender la pulsión de los padres que quieren tener hijos propios, pero me parece que la gestación subrogada no debería estar entre las opciones.

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  2. Completamente de acuerdo contigo Sara, la gestación subrogada atenta claramente contra la dignidad de la mujer y del propio bebé, ya que le estamos poniendo precio a una vida. La adopción es un método mucho mejor, pagamos por el proceso pero no por la vida del niño, y encima le estamos dando la oportunidad de tener una familia.
    Al igual que tú, no encuentro ningún motivo para realizar esta práctica.
    Gracias por darle visibilidad al tema, muy buena entrada :)

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  3. ¡Muy buena entrada! Ucrania ahora mismo está siendo un claro ejemplo de la desprotección de la mujer que ha aceptado formar parte de la gestación subrogada, ya que no saben que pasará siquiera con esos bebés. Se someten a ese procedimiento sin saber las consecuencias que éste puede conllevar tanto por el propio embarazo y su cuerpo, como por la decisión o desentendimiento de los padres al final de todo proceso o incluso durante. Es un gran tema a debatir, sigue así!!

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  4. Estoy muy de acuerdo contigo, no existe motivo alguno para que esta práctica siquiera exista. Además, como ya ocurre en Ucrania, son siempre las mujeres más desfavorecidas las que se ven arrastradas a mercantilizar su cuerpo. Nunca se debería de negociar con un cuerpo y, mucho menos, con un bebé.

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